Antonio Porchia, "VOCES"
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GRAFFITIS EN MADRID MADRID

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Estranha forma de vida -Dulce Pontes- -Amália Rodrigues-

La Foto del Invernadero



ENRIQUE MOLINA

ENRIQUE MOLINA
Dalí, "El Puente Roto Y El Sueño"

La Foto del Invernadero

Jascha Heifetz

lunes, 22 de junio de 2009

EL TERCER DÍA // Dante's Prayer




EL


TERCER


DÍA





Vincent Van Gogh, Sembrador a la puesta del sol







Hizo que se callara el silencio para que no tuviera voz,
hizo que se secara la sed para que no tuviera agua,
hizo y deshizo para que no tuviera piel, montañas, sombra,

puso misterios en los ojos, amontonó las piedras
para que no tuviera cuerpo,
para que no lloviera puso cristales en las nubes,
para que no la oyeran amontonó las piedras otra vez

y no lloró
ni con el verde
ni con el amarillo
ni cuando recordó
las cintas desvencijadas en el pecho.

Los pies azules en el asfalto
dejaron de llamar,
desoyeron la seda de las noches,
el rojo de la frente,
no estuvieron para decir
con qué mañanas se volvería a despertar,

y amontonó las piedras, las palabras
y retiró los colores de la frente
y no lo vio, ella no vio.








Pilar García Puerta, 22 de junio de 2009


miércoles, 17 de junio de 2009

Dicen // FEEL - Robbie Williams





Dicen




Vincent Van Gogh, La silla de Van Gogh






Dice que dónde me creo que estoy, dice que mis palabras son suyas, dice que mi tiempo la pertenece, dice que entiende, dice que le parece bien que también le pertenezca al otro, dice el otro que le parece bien que diga mis palabras que a ellos les pertenecen, que mis palabras son sus palabras, dice que hay algo además que también les pertenece, dicen que ya no tengo palabras, dicen que dónde me creo que estoy, dicen que ellos saben dónde estoy, dicen que yo no sé dónde estoy, dicen que no distingo cuales son mis palabras, dicen que esta no es mi casa, dicen que lo que diga les pertenece, dicen que soy muda, dicen que sienten su tristeza, dicen que yo no tengo tristeza, dicen que yo no tengo amor, dicen que cuando sonrío sonríen ellos, dicen que todo les pertenece, dicen que cómo se me ocurre decir.

Dicen que ellos sienten mi frío, dicen que es suyo mi calor, dicen que mis manos les pertenecen, que mis pestañas les pertenecen, dicen que mi cuerpo es un cristal, dicen que no tengo mirada, dicen que no es mía esta voz, dicen y dicen y dicen, dicen que vivo en una caja, dicen que no me quema el fuego, dicen que no me abrasa el dolor, dicen, dicen, dicen; yo, es algo que dicen ellos; tú, es algo que dicen y dicen, dicen que no digo nada cuando digo que dicen, dicen que digo que trafican, dicen que digo que lo que no digo, dicen que tienen derecho a entrar en esta voz, a entrar en esta caja, a entrar en este silencio, dicen que son los invasores, dicen que dónde me creo que estoy.

Dicen que se piensan reir de lo que diga, dicen que es de ellos mi corazón, dicen que romperán mi armario, que romperán mi poema, que romperán mi instrumento, que romperán las tiras de mi piel, que romperán mis ojos, que romperán lo que escucho, dicen que dónde me creo que voy, que para que me siento en esa silla, que para qué me asomo a ese balcón, que para qué hago fuerza contra el aire para gritar, dicen que yo les pertenezco, que yo no es yo, dicen que sí es no, dicen que no es también no, dicen que me levanto de dónde no me había sentado, que no dicen, que no.







Pilar García Puerta 17 de junio de 2009



FEEL - Robbie Williams


domingo, 14 de junio de 2009

DESVÍO







DESVÍO












No conozco ningún precedente de lo que está pasando aquí, es como si un elefante tratara de copular con una hormiga o como si una vaca tratase de parecer una amapola, o como si, por guardar alguna clase de fidelidad que refleje su delirio, un patán se quisiera vestir de alguien sensible. Le reconocen y le encubren, y es por eso por lo que me odian a mí. Su verdad es más mentira que todos los sofismas que se me ocurran juntos, cuanto más le protegen más se llenan de rabia. La noche empezó bonita, debe haber una escisión porque no hubo agresiones. Quise decir que me ayudaran a escribir, pero a estas alturas, incluso algo así podría despertar cualquier paranoia… y digo paranoia con toda propiedad puesto que las comparaciones que he puesto al principio se refieren precisamente a esto, a que es tal la deformación de la verdad, que no deja de sobrecogerme; digo que no sólo no está en ninguna realidad lo que me atribuyen, sino que aún estando cansada o aburrida como esta noche y quererme ir, irme, tienen que decir siempre algo para que yo termine hablándoles a ellos. No tienen ni la más remota idea de lo que pienso, no la han tenido nunca, y jamás la tendrán… así que devuelven enterito y sin digerir lo que creen tener… nombres…. datos….. textos…. voces adolescentes de afectación, una auténtica parodia de lo que podría ser cualquier experiencia. La única constatación de realidad, es esta estúpida suplantación de la poesía que hacen, impermeables rotunda y eternamente a que una sóla de las palabras que exhiben les dé a cerca de ellos ninguna información, viven obsesivamente de cara a la galería, te ven aparecer y comienza el insulto, así, sin más, por el odio que acumulan al encubrir tanta mentira.

He abierto este blog para distanciarme del otro, porque no estoy hablando de un robo sin más, no quiero hablar de ellos, la mentira consiste en este estar aquí día tras día y pretender después que aquí no hay nadie. En eso basan su “eres paranoica”: puesto que nadie más lo ve y yo entiendo, ¡vaya si entiendo! que es un auténtica mierda tener que llevar a un blog las cagadas mentales que sueltan por ahí, pero es que de eso se trata, precisamente me he negado en rotundo a contestar en la comunidad porque eso es lo que buscaba(n); podría argumentar, tendría que hacer lo mismito que hice en el blog del que me desvío, tendría que estropear otro blog más… otro libro… y embadurnarlo de dimes y diretes; ya me da igual quien lea esto o lo deje de leer, si acaso ese es el desvío, pero digo que si ahora mismo no hay señales es precisamente porque estoy hablando de ese lugar, quiere guardar las apariencias, ¡ah!, en cinco años fue incapaz de estar más de cuatro renglones sin señalar, lo que él pretende esconder al no hacerlo, para mí es una confirmación de lo que digo.

Estaban ahí, como para que nadie les quitase lo que tienen, guardándoselo para ellos y nadie más, porque a ver, de no creerlo así, ¿quién les iba a decir ni media palabra? Entre ellos se representan el mundo, han infundido tal estado de ignorancia a todos los demás, que no creo les sirva ni para resarcirse de nada; una señora que yo no sé quién es, una que fui buscando un día porque la oí leer un texto que hablaba sobre la comunicación y sólo hablaba ella; volví varios días más y hacía lo mismo, es más, como decía que no le funcionaba el teclado, no soltaba el micro y lo poco que permitía que hablaran los demás, puesto que “no podía escribir” no contestaba… tuvo un fallido y me puso un guión _ en el privado y no volvió a escribir más. En Nochevieja no hubo manera de que alguien que no fuera ella tocara el micrófono, así que cansada de escucharla guardé la canción que quería poner y me largué a dormir. Otro día, quizás el último que intenté, busqué en la red un libro que ella comentaba diciendo que no lo encontraba… cuando le dije ¡pero si sí está!, hizo sencillamente como el que oye llover. Como yo no soy precisamente tonta, esa fue la última vez que tuve alguna clase de consideración con lo que ella dijera, pero vamos, de ahí a que todavía cuando le hablo a otras personas, o como hoy que no digo ni mu, se meta y se vuelva a meter como si fuera encima la ofendida, pues sencillamente, media la paranoia. O dicho de otro modo, un deseo tal de que me fije en ella que obvia cualquier realidad y se siente atacada y reacciona como si de verdad lo fuera. Como a quién ella tanto admira es el que me está leyendo esto, es por lo que digo que, se muere de rabia de tener que encubrir algo que lo que en verdad le provoca son unos celos de padre y muy señor mío.

Y así están las cosas, desmedidas a más no poder. ¿quedó claro que en el único asunto que no entró señal es en el que aludo al Nick casajuntoalrio? Pero vamos, que eso es también cuestión de tiempo; lleva sacados más Nics que… bueno, a uno por mentira, pero con todos termina igual. De verdad que no, no hago más fuerza para argumentar lo que digo, creo que si es cierto que estamos avocados a decir una vez que “algo” se pone en marcha, y lo es, acabará diciéndolo, lo que pasa es que primero tiene que cumplir el ritual de credibilidad propia en el que trata de convencerse de que algo de lo que digan los demás le importa… no fui yo quién averiguó nada, nunca lo he sido, es él quien me informa de dónde está y cómo se mueve todas las veces; lo que se cuenta después para negarlo es, debe ser, una pesadilla por mucho que haya desarrollado el hábito de mentir; es más, le cuesta, le está costando la locura. Por mucho que una persona tenga frialdad para negar lo que hace de manera tan obsesiva, a la conciencia también hay que saber tranquilizarla, y si a mí, que lo estoy viviendo en primera persona, me cuesta creer y recordar quién me dijo que fue… es... era… ha sido… ¡uf! no le arriendo las ganancias… “estaba leyendo a Panero”… ¡ja, ja, ja!... ¡nombres!, ¡datos!, ¡números!, ¡cuentas!, ¡series! , ¡agujero tras agujero! Se disfraza de mujer, tampoco lo averigüé, yo no averiguo, sólo leo; y leo que ni siquiera es eso, es ya una identificación a los disfraces que cuanto más busca tapón, más agujeros siente. Y nada más desde ahí y porque no estoy pudiendo evitarlo (que me lea) me roza la cabeza que todavía pueda mostrar ira cuando me ve, sabe perfectamente (lo que no sé es en qué instancia lo sabrá) lo cansada que estoy de cargar con él y todavía me ve lo suficiente grande como para volver a envestir.

La noche empezó bonita, hubo una leve tormenta, a lo lejos, llovía despacito; noche de sábado y la gente en la calle, los coches entre la gente; había un aire que me acercaba el deseo de alejarme de aquí; nada más la dificultad para usar la palabra enturbiaba la noche. La gente que vive cerca del mar me dan envidia; antes del 1.995 íbamos todos los años al mar; después fuimos dos años seguidos a Javea y como se terminó el dinero, es decir, se fueron acumulando los déficits, se fue haciendo cada año más difícil y yo, ya no volví. Ahora no es que quiera ir en verano, es que quiero ir, lo que echo de menos es la humedad, el olor del salitre y del yodo, y la inmensidad ante la mirada y al ras de los pies.







Pilar García Puerta 14 de junio de 2009